Rusia considera incautar los aviones occidentales ante las sanciones a sus aerolíneas

La retahila de sanciones a Moscú por la invasión de Ucrania también ha afectado de lleno al sector aéreo ruso, no solamente con la restricción al uso del espacio aéreo europeo o norteamericano. Las aerolíneas rusas cuentan actualmente con la prohibición de vender y arrendar aviones europeos, norteamericanos y brasileños, así como comerciar con las piezas de recambio de los mismos.

En el caso europeo, Bruselas ha exigido a las compañías de leasing, principalmente irlandesas, a finalizar cualquier tipo de contrato existente con una aerolínea rusa antes del final del mes de marzo.

Ante esta situación, el Kremlin, de la mano de las principales líneas aéreas del país (Aeroflot, UTAir, S7 y Ural Airlines), han planteado la nacionalización de los aviones Airbus y Beoing que se encuentran alquilados en el país y que suponen gran parte de la flota de estas compañías.

Antes del inicio de las hostilidades en Ucrania, el sector aéreo ruso empleaba cerca de medio millar de aviones Airbus, Boeing y Embraer en sus flotas, lo que supone que 3 de cada 4 vuelos que se operaban en Rusia se realizaban con estos aparatos.

Una opción factible

Dependencia de Moscú

Las mayoría de los aviones que arrendan las aerolíneas rusas procede de los países sancionadores, en un recuento que lidera la aerolínea de bandera del país Aeroflot, que de sus 187 aviones, únicamente nueve se librarían de estas prohibiciones: los problemáticos Sukhoi SuperJet 100.