La aerolínea aérea más grande de Alemania, Lufthansa, ha conseguido dar por concluido un gran quebradero de cabeza para sus accionistas: las convocatorias de huelga planteadas por sus pilotos, a través del sindicato Vereinigung Cockpit, en pleno fin de la campaña de verano.
Si la pasada semana la propia aerolínea anunciaba que el paro de sus profesionales había obligado a cancelar 800 vuelos en el país germano, Lufthansa evitaba una nueva convocatoria para hoy y mañana que amenazaba con paralizar sus operaciones en los aeropuertos de Frankfurt y de Múnich.
Más de 130.000 pasajeros se han visto afectados por la última convocatoria de huelga en Lufthansa la pasada semana
Vereinigung Cockpit reclamaba, en un listado de 16 propuestas, una mejora laboral del 5,5% para este año y más del 8% en 2023, con el fin de que los pilotos no se viesen afectados por el encarecimiento del coste de la vida en Alemania, cuyos precios han crecido en agosto hasta el 7,9%.
Este acuerdo ha sido celebrado por la bolsa, ya que las acciones de la aerolínea de bandera se han apuntado un crecimiento en el día de hoy de más de un 1%, llegando a los seis euros y diez céntimos por acción, frente a los 5,95 euros con los que cerró la compañía en el día de ayer.
Una tónica en el sector
Lufthansa no es la única aerolínea que en los últimos meses ha decidido mejorar las condiciones de sus pilotos. Las escandinavas SAS o Norwegian, así como el gigante del bajo coste Ryanair han sido tres de las compañías que han mejorado los salarios del colectivo ante la escasez crónica de estos profesionales en el mercado mundial.