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David Doral, fundador de Dante Aeronautical: “La aviación eléctrica ofrecerá nuevas oportunidades laborales a los pilotos”

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Tiene un ambicioso objetivo, hacer realidad la movilidad aérea eléctrica, y cuenta con los ingredientes para llevarlo a cabo. En la actualidad, Dante Aeronautical adapta desde Australia aviones convencionales para convertirlos en eléctricos, con la vista puesta en la operación de trayectos cortos sin emisiones. PILOTOS.info charla con David Doral, su fundador, quien busca de la mano de aerolíneas como Volotea o Air Nostrum sentar las bases de la aviación regional del futuro.

¿Qué es Dante Aeronautical y cuál ha sido su evolución en los últimos años?

La idea de Dante aeronáutica nació hace prácticamente tres años. En mi última etapa profesional en España constaté que la electrificación iba a ser el futuro de la aviación de corto alcance. Con esa idea surgió Dante Aeronautical y su primer proyecto: el Dach-19, un avión eléctrico con un motor híbrido que aprovecha todos los avances existentes en aerodinámica. El primer año y medio nos hemos centrado en su desarrollo y explorando configuraciones, junto a la Universidad de Sydney. El Dach-19 sigue siendo parte de nuestro logro, pero con la llegada de la pandemia, y ante las dificultades de financiación, hemos identificado otras alternativas como la transformación eléctrica de aviones existentes.

¿A qué clientes se dirigen estas transformaciones?

Dueños como el de Sydney Seaplanes, quien vio claro que la electrificación era el camino, especialmente para una aerolínea como la suya. Una compañía pequeña, que hace vuelos turísticos de 15-20 minutos con Cessna Caravan y De Havilland Beaver, que con la tecnología actual, con baterías, pueden sacar provecho a sus posibilidades.

“Trabajamos para tener la primera conversión de una aeronave tradicional a eléctrica en tres años”

¿Esa es su actual línea de desarrollo?

Así es. En el último año y medio hemos desarrollado la electrificación de aviones convencionales. Por ejemplo, hacer del Cessna Caravan un avión operable con baterías, pero extendiéndolo también a pilas de hidrógeno. Ahora estamos trabajando en un programa de modificación con actuaciones agresivas para tener la primera conversión en tres años.

¿Cómo surge esta alianza con Volotea y Air Nostrum?

Con Volotea tenemos una relación desde hace tiempo. Cooperamos desde que lanzamos el Dach-19, nos ha seguido y nos han apoyado desde hace años. Ahora han descubierto la posibilidad de operar aviones pequeños certificados en pocos años, para esta aerolínea puede ser muy interesante por la rentabilidad de la apertura de nuevas rutas.

Apuestan por una revolución de la aviación en un contexto con muchos desafíos tras la pandemia, ¿En su opinión, es la sostenibilidad el mayor de ellos?

Es uno de los desafíos más importantes, pero haciéndolo compatible con la realidad económica. Desde el punto de vista actual, con las tecnologías existentes y con las que llegarán en los próximos años, la electrificación aporta muchas ventajas, como la reducción de costes energéticos o el mantenimiento. En los próximos años será un factor crítico al que se tendrán que adaptar las aerolíneas.

¿Serán las aerolíneas regionales las únicas que afrontarán estos cambios?

Afectará a todas las compañías por igual, pero el proceso será secuencial. Primero se operarán vuelos eléctricos muy cortos, de 50-100 kilómetros, en los próximos tres años. Sin embargo, las opciones para hacer del transporte aéreo una actividad más sostenible en el medio y largo radio pasarán por biocombustibles o motores de combustión con hidrógeno, ya en la próxima década.

Proponen una aviación 100% eléctrica, ¿Es posible llevarla a cabo actualmente, en términos económicos y de desarrollo?

Creemos firmemente que es posible y nuestro modelo de negocio se basa en eso. Creemos que este tipo de movilidad va a tener un mercado y estamos viendo cómo operadores ya se están interesando. Al principio esta fórmula será un transporte de nicho para extenderse, como cualquier tecnología disruptiva.  

Una de las ventajas de su proyecto es la reducción de costes operativos, ¿En cuánto se estiman?

En términos de costes operativos, nuestros cálculos estiman un ahorro del 40%, especialmente en costes energéticos y de mantenimiento. Esto supondrá que hará viables rutas que actualmente no lo son.

“Nuestros cálculos estiman un ahorro de un 40% de los costes al volar con aeronaves eléctricas”

En esta revolución, ¿cuál es el papel que tendrán los pilotos?

Seguirá siendo un actor imprescindible. Con la llegada de los aviones eléctricos, su trabajo va a ser un poco más sencillo de operar. Además, ofrecerá nuevas oportunidades laborales, ya que la aviación eléctrica hará viables económicamente recorridos que actualmente no lo son

¿Qué ventajas aportaría a la hora de operar los vuelos?

Operar un avión eléctrico debería liberar de carga de trabajo al piloto. Pensamos que la formación adicional será mínima, que no necesariamente sea más complicada. El avión eléctrico será más una oportunidad que una amenaza para los pilotos

¿Necesitarían una formación específica para poder operar?

Tendrán que adaptarse con una habilitación de tipo como cualquier aeronave nueva que llega al mercado. La adaptación será sencilla para ellos, aunque con una operativa diferente.

¿Qué les aporta la opinión de los pilotos en sus diferentes proyectos? Los pilotos serán los futuros usuarios y son una parte fundamental a medida que la tecnología vaya avanzando. Tener su apoyo y feedback será muy útil para que el producto que al final llegue al mercado sea superior en todos los sentidos.

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